miércoles, 28 de julio de 2010

CARTA A LOS GRADUADOS

NUESTROS COCOLECTORES SE GRADUAN

Todavía recordamos el curso en el que much@s de vosotr@s llegasteis a nuestra clase de las Abejas. Y, todavía, recordamos entre risas cómo cundía el pánico entre las educadoras cuando se aproximaba “la hora all-bran” (como la llamaba Mayte).

Eran, más o menos, las once de la mañana, y como por arte de la magia de Perete (de las que seremos toda la vida fans incondicionales, ya que detrás de todo gran mago siempre hay una increíble brujita) pasábamos del relajante momento de los masajes y la aromaterapia al estresante cambio de pañales entre llantos y gritos de todos nuestros “bichejos”.
A “la leona del desierto” (Carlota Arnal) y a “la raspa” (Sofía Ibáñez) les daba por “currarse”. A Kowalsky (Adrián), a Irene Ivanova y a “la Perete” (Andrea) les daba por entrar en concurso de “berridos” en el que, sin lugar a dudas, se llevaba la palma la última de las concursantes. El “pupilo” (Hugo Adán), “el cachochas” (Tomás Quevedo), Julián López y “tirali Martí” (Diego Martí) entraban en un estado de sordera selectiva que crispaba los nervios de Mayte (a la que recordábamos que debía respirar relajada y constantemente, si no quería empezar a hiperventilar). Y, finalmente, (y como no podía ser de otro modo) Gerard De Pardieu (Gerard Claros) y “el justiciero” (Andreu Roca) se dedicaban a ir de un lado para otro de la clase y a gritar intentando colarse en el turno de agua y del cambio de pañales. Y, cómo olvidar a “la termita humana” (Hodei Bárcena) apostado en la valla del “corralet” llorando y señalando hacia la cocina por si a Mónica Garí se le había pasado que se acercaba la hora de comer.

¿Me dejo a alguien? Ah, síííí… ¡Al bola! (Jordi Perete), ese bebé tumbado en la gandula (su lugar preferido) al que sólo se le veían ojos y moflas…, ¡pero qué moflaaaas! Ahí estaba, en plan pasota. Tres años después sigue igual.

Acabó el curso. El circo llegó a El Meu Món, y un trocito de nuestros corazones se fue cuando acabó el espectáculo. Nunca olvidaremos a “La mujer barbuda”.

Empezamos una nueva etapa en COCOBÓ echando de menos a Merche Bort y a Patricia Jover. Llegaron a clase los hermanos Sierra (Alberto y Andrea) para dejar de volver loca a su madre Marta. También, llegó “Jorgito” (Jorge Ania) acompañado de su inseparable coto-coto y de esa sonrisa que hacía que sus ojitos se cerrasen al estilo chun-lí. Por último, y para completar el cupo, la dolceta de Merche Segura nos pasó a Hugo Galdón y a “Vicentico-tico” (Vicente Llópis). Aunque, últimamente, y después de estos dos años con Vicente y su madre, no sé si fue un “traspaso” por edad de grupo o un “que tranquila me he quedado”. Qué paciencia ha de tener su padre. (Lidia, no pongas morros que te vemos. Os queremos, y os echaremos de menos, seguro).

En fin, que después de mucho batallar para que se quitasen los zapatos, comiesen de todo y solos, estuviesen bien sentados, durmiesen “la siesta sin fiesta” y los papis y mamis participasen un poco más en todo y no se olvidasen de nada, volvimos a finalizar el curso mandando a todos y a todas un mensaje de socorro para nuestra Madre Tierra.

Entre muchas alegrías y unos pocos disgustos, comenzó nuestro último año juntos. Mayte se despidió de los cocopintores que en un abrir y cerrar de ojos pasaron a ser cocolectores. Así fue como Manel Mingarro (“el pachorra”), Luís Mario Galie (“el simpático”), Iván Martínez (“el movido”), Eva Capella (“la puseta”, aunque sólo es una cuestión de tamaño porque…, hay que ver el genio que tiene la niña (mana més que Adriana…, que ja és un dir) y Valentín Gogiu (“el señorito” y amigo íntimo de “la puseta”) entraron en el grupo de los mayores.

Fue un curso de mucho trabajo. La China y la magia trajeron de cabeza a muchos papis y mamis que en numerosas ocasiones se acordaron de nuestros familiares. Aún así, conseguimos engañar a Leire Monfort (y a su mamá MªJosé que disfrutó, enormemente, de las Jornadas de Puertas Abiertas), a Ricardo Soler (que pasaba largos ratos haciendo compañía a la cocinera de “nuestro amor” mientras se “esforzaba” por quitarse él solo la chaqueta o colgar sin ayuda el saquito en su percha) y a Alejandro Sánchez (del que estamos muy contentas por su gran cambio en tan poco tiempo).

Entre éstas y aquéllas, Adriana tuvo que marcharse un poco entristecida por dejaros en la recta final del curso. “Adrianita” estaba a punto de llegar. Fue entonces cuando Lara entró a formar parte de esta gran familia. Se ganó a niños y adultos, y consiguió que Kira Muresan, Claudia Alves, Víctor Salvador y Elena Requena se integraran en su grupo sin problemas. Toda una profesional. De igual modo, Manel (al que Mónica Iglesias consiguió engañar con su sonrisa para que nos ayudase con los decorados de “Grease”) descubrió al sufrido educador que llevaba dentro. Y, para colmar nuestras alegrías, nació Sheila.

¿No nos negaréis que somos afortunadas? Crecemos con vuestr@s y nuestr@s hij@s, somos testigos de todo aquello que hacen por vez primera, consolamos sus lágrimas y compartimos sus risas, aprendemos con ell@s lo que sólo un@ niñ@ puede enseñarte, y renovamos con ilusión nuestras ganas de seguir haciendo un hueco en nuestro corazón a los que están por llegar.

No os olvidéis de nosotras, y BUENA SUERTE.